Iluminación Led: puerta de entrada a las ciudades inteligentes
Las ciudades inteligentes ya son una realidad y surgen de la necesidad de alcanzar espacios más sostenibles, innovadores y eficientes para satisfacer las necesidades del ciudadano y mejorar su calidad de vida. El modelo de Ciudades Inteligentes o Smart Cities busca maximizar la utilización de la tecnología en áreas como la movilidad, la eficiencia energética, la educación, la salud, la seguridad, el urbanismo y otras más; coincidiendo con el objetivo principal de generar beneficios para sus residentes.
Un ejemplo claro de proyectos Smart Cities es la iluminación pública mediante tecnología LED, la cual contribuye a mejorar la eficiencia energética de la ciudad, reducir los costos de energía, mantenimiento y emisiones de carbono; mientras ofrece otra ventaja importante que consiste en servir como soporte para adaptar una serie de aplicaciones que permiten recoger datos de la vida urbana, procesarlos y brindar información útil para la comunidad en tiempo real. Entre ellas se pueden mencionar: las cámaras de vigilancia en parques, calles e intersecciones que disminuyen la vulnerabilidad de quienes transitan, tanto caminando como en vehículos y transporte público; Wi-fi extendido que busca optimizar la conectividad en espacios públicos, los monitores de tránsito aplicados para mejorar el flujo de vehículos y las pantallas de información, que también pueden mostrar niveles de contaminación. Todos ellos capaces de obtener información y a partir de ésta ofrecer respuestas condicionadas.
Aunque está comprobado que la iluminación LED brinda a los municipios un ahorro inmediato del 50% y hasta 75% en el consumo eléctrico, además de una mejora considerable en la eficiencia de la iluminación, aún es un desafío para muchas municipalidades aprobar paquetes financieros para la inversión inicial necesaria. Los proyectos de alumbrado público son de gran envergadura y necesitan un presupuesto amplio, es en este apartado donde tiene que intervenir el sector privado incorporando los controles necesarios para que no se produzcan los desmanes del pasado tan reciente.
El consumo energético con LED es mucho más bajo que las tecnologías convencionales de Sodio, Alta Presión y Haluro Metálico o Bombillas de Mercurio, aproximadamente un 50% menos; pero el ahorro no está solo en el consumo, sino en el bajo mantenimiento que este tipo de alumbrado demanda. La iluminación pública LED tiene una vida útil de más de 50 mil horas, dura 50 veces más que la incandescente y aproximadamente 5 veces más que la iluminación fluorescente. Además es ecológica, debido a que no contiene mercurio ni otros elementos que dañan el medio ambiente y disminuye la emisión de CO2 a la atmósfera. Es por eso que el uso de tecnologías como el LED adquieren importancia en la toma de decisiones para el reemplazo de la iluminación pública.