Cómo va a cambiarle la vida el Internet de la Cosas
El 90 por ciento de las cosas no está conectado a internet. Pero, a medida que crece la capacidad de transmisión de las redes, se abre paso la posibilidad de un mundo lleno de sensores que recogen y distribuyen información de manera constante.
En el plano doméstico, eso significa que su carro puede avisarle a su horno que usted va camino a casa, para que empiece a calentar la cena. Y que su nevera, que contará con un lector de código de barras, puede saber con exactitud qué productos están por acabarse o vencerse.
Pero los alcances del Internet de las Cosas (IoT), como se le ha llamado a esta idea de objetos conectados, van mucho más allá de la leche y el pan. Una ciudad con millones de sensores que producen datos de manera constante podría optimizar toda clase de procesos.
Cisco Systems trabaja en este campo desde hace años y ha llevado el concepto del Internet de las Cosas a nuevas alturas. Lo llaman Internet de Todo (IoE).
“Si el primer concepto se refiere a cosas que ‘hablan’ con otras cosas, el segundo apunta a cosas que reportan información útil a personas que con ellas pueden generar valor”.