El diésel renovable HVO en Europa
En medio de una profunda transformación energética, Europa se enfrenta al reto de descarbonizar el transporte, uno de los sectores más complejos de electrificar de forma rápida.
En este contexto, el diésel renovable HVO en Europa está ganando protagonismo como una solución clave de transición. El HVO, o aceite vegetal hidrotratado, es un combustible renovable que puede usarse en motores diésel convencionales sin modificaciones, aprovechando infraestructuras existentes y reduciendo drásticamente las emisiones.
¿Qué es el HVO y cuáles son sus ventajas?
El HVO se obtiene a partir de aceites vegetales, grasas animales o aceites usados mediante un proceso de hidrogenación. A diferencia del biodiésel tradicional (FAME), el HVO presenta una composición química más pura, sin azufre ni compuestos aromáticos, lo que mejora su estabilidad y rendimiento en frío. Además, su perfil de combustión reduce notablemente las emisiones de NOx y partículas, contribuyendo a mejorar la calidad del aire urbano.
Su principal ventaja radica en ser un «drop-in fuel»: puede reemplazar directamente al diésel fósil en cualquier motor diésel homologado, sin necesidad de adaptaciones. Esto lo convierte en una opción inmediata y eficaz para reducir la huella de carbono del parque automotor existente.
Adopción del HVO en Europa
El diésel renovable HVO en Europa ha encontrado un terreno fértil en países como Suecia, Finlandia y los Países Bajos, donde la infraestructura, los incentivos fiscales y la conciencia medioambiental han permitido su uso masivo, incluso en estaciones de servicio al por menor. Compañías como Neste, líder mundial en la producción de HVO, han sido clave en esta transición.
Sin embargo, otros países como Alemania, Francia o España apenas comienzan a permitir su uso comercial. Alemania, por ejemplo, aprobó el HVO100 en surtidores a principios de 2024, tras presiones del sector logístico. Esta disparidad refleja la falta de armonización normativa dentro del mercado europeo.
Beneficios ambientales del HVO
Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, el HVO puede reducir entre un 50 % y un 90 % las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con el diésel convencional, dependiendo del origen de la materia prima. Además, contribuye a mejorar la calidad del aire urbano gracias a una combustión más limpia.
El uso de materias primas sostenibles, como aceites usados o residuos industriales, es fundamental para garantizar que el diésel renovable HVO en Europa cumpla con los criterios de sostenibilidad establecidos por la Directiva de Energías Renovables (RED II y RED III).
El futuro del HVO: oportunidades y desafíos
A pesar de su potencial, el HVO enfrenta desafíos importantes. Su producción global sigue siendo limitada y su precio superior al del diésel fósil lo hace menos competitivo sin incentivos. La expansión del diésel renovable HVO en Europa dependerá de la diversificación de materias primas y del desarrollo de biorrefinerías avanzadas, como la de TotalEnergies en Grandpuits, dedicada a HVO y SAF.
El respaldo político también es clave. Iniciativas como el paquete «Fit for 55» de la Comisión Europea exigen una reducción de la intensidad de carbono en los combustibles, impulsando indirectamente la adopción del HVO.
Aplicaciones actuales del HVO en el sector automotor
Diversos fabricantes como Volvo, Scania, Mercedes-Benz o Peugeot ya certifican modelos para el uso de HVO100. Esta homologación permite su adopción en flotas de transporte público, logística urbana y transporte de larga distancia, donde la electrificación aún es inviable. Además, sectores como la construcción, agricultura o servicios municipales lo están adoptando como solución intermedia.
Según informes de Transport & Environment, el HVO es una opción viable para descarbonizar segmentos del transporte donde la movilidad eléctrica aún no es factible.
Conclusión
El diésel renovable HVO en Europa representa una solución de impacto inmediato para reducir las emisiones del transporte. Su uso permite aprovechar motores y redes actuales, evitando costes de transición elevados. Con una regulación clara, mayor producción sostenible y apoyo fiscal, el HVO puede consolidarse como una pieza clave en la movilidad baja en carbono del continente.
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