El Centro Criptológico Nacional y el CSIC han elaborado una píldora tecnológica  para proteger los dispositivos IoT

Eentre estos se encuentran los dispositivos médicos, las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID), las tarjetas inteligentes o los dispositivos usables (wearables) como relojes o pulseras.

El Departamento de Productos y Tecnologías del Centro Criptológico Nacional, PYTEC, y el Grupo de investigación en Criptología y Seguridad de la Información (CiGSI) del Instituto de Tecnologías Físicas y de la Información del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han desarrollado una píldora tecnológica que lleva por título: “El estándar de criptografía ligera, ASCON”. Este documento, identificado como CCN-TEC 012, aborda en profundidad la implementación y los beneficios del algoritmo seleccionado por el NIST para ser el estándar de cifrado que proteja el Internet de las Cosas (IoT).

Estos dispositivos, cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana, cuentan con importantes desafíos relacionados con su seguridad y la privacidad de los datos que manipulan o almacenan. Sus recursos limitados, con poca capacidad de cómputo, escaso consumo y mínimo espacio de almacenamiento, les impide soportar los algoritmos criptográficos convencionales. De ahí, la necesidad de utilizar la criptografía ligera que responda a las exigencias de seguridad de estos dispositivos.

La adopción de estándares de seguridad y la implementación de regulaciones claras por parte de los gobiernos y organismos internacionales son fundamentales para mejorar la seguridad del IoT a nivel global. Normativas como el GDPR en Europa están ayudando a garantizar que los datos se manejen de manera segura, pero se necesita una mayor colaboración internacional para establecer reglas específicas para IoT.

La seguridad en los dispositivos IoT es un desafío complejo, pero imprescindible en nuestra sociedad cada vez más conectada. La explosión del IoT ha traído grandes beneficios en términos de eficiencia y conveniencia, pero también ha introducido nuevas y graves vulnerabilidades. A medida que el IoT continúa expandiéndose, las soluciones de seguridad deben evolucionar a la par, priorizando la protección de los datos y la privacidad de los usuarios. Desde el diseño seguro hasta la gestión adecuada y el monitoreo continuo, la seguridad de IoT requiere un enfoque multifacético y colaborativo entre fabricantes, usuarios y organismos reguladores. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá garantizar que el IoT siga siendo una fuerza positiva para el progreso, sin comprometer la seguridad.