¿Y si te dijera que tu frigorífico podría detectar qué alimentos están a punto de caducar o encargar aquellos que se hayan agotado? ¿Qué pasaría si el cepillo de dientes pidiese cita con el dentista por ti?

El Internet de las Cosas (IoT) es una nueva oleada tecnológica en la que van a estar conectados miles de millones de dispositivos a través de internet. De hecho, la relación con ellos será más natural que la que tenemos con el teléfono móvil.
Son objetos ordinarios con cualidades extraordinarias y gracias al IoT se van a preocupar por nosotros. Además, los asistentes virtuales van a ser un elemento clave ya que van a facilitar todos los avances que promete el IoT. Gracias a su inteligencia serán capaces de realizar todo por nosotros. Por ejemplo, cuando la mesa esté puesta y digamos las palabras preestablecidas, el asistente virtual activará una rutina para convocar a toda la familia. Esto puede incluir desde apagar la televisión del salón a que empiecen a parpadear las luces de las habitaciones, sonar una determinada música o enviar un mensaje a sus móviles.
En cuanto a las ciudades, estas serán más inteligentes y eficientes por lo que mejorará la movilidad. Por ejemplo, los semáforos a través de cámaras podrán identificar el nivel de tráfico y de movimiento, evitando absurdas esperas. Sustituir el alumbrado público tradicional por uno inteligente con una tecnología que programa cuándo se deben encender y apagar las luces en función del uso que hagan del alumbrado público los ciudadanos.
El IoT es claramente el siguiente gran paso de la industria tecnológica. Abre un mundo de posibilidades incalculable, incluso mayor que el que abrió en su momento la era digital.