Inteligencia artificial y gestión de residuos: ¿el fin de los camiones de basura?
Un nuevo sistema de recogida automatizada registra la cantidad de basura que desposita cada familia y adapta las tasas a pagar.
En la mayor parte de las ciudades, los basureros recorren las calles, vacían contenedores, soportan —como los vecinos— los malos olores y los ruidos que genera el proceso de recogida de basura. Parece que los camiones son una parte imprescindible dificil de automatizar, pero la empresa Envac propuso hace unos años un sistema neumático propulsado por ventiladores, que podría ayudar a mecanizar este proceso de recolección transportando la basura por debajo del suelo. Ahora, este sistema se sirve de la inteligencia artificial y el internet de las cosas para autoregularse y ser más eficiente haciendo, por ejemplo, que pagues solo por la basura que generas.
El sistema neumático de recogida de basura consta de tres elementos: unos buzones en la calle o en los edificios donde depositar las bolsas; una red de tuberías conectadas a los buzones, distribuidas por debajo del suelo por donde viaja la basura; y una central de recogida hasta donde llegan las bolsas absorbidas por un ventilador. Este sistema permite también el reciclaje: las bolsas que contienen plástico, por ejemplo, viajan por las mismas tuberías pero en momentos de recogida diferentes.
¿Dónde entra la conectividad en este proceso? En un proyecto que ya está funcionando en la ciudad de Bergen, la segunda más grande de Noruega. Allí, el internet de las cosas ayuda a que pagues solo por la basura que generas. Cuando el ciudadano accede al contenedor para tirar sus bolsas de basura, tiene que identificarse en un sistema que registra la cantidad y el tipo de basura que ha tirado. El Ayuntamiento —que es quien contrata los servicios de la empresa— dispone de aplicaciones en línea para recibir los datos, medir el volumen de residuos de cada hogar y facturar al ciudadano la tasa de basura según cuánta haya generado.
Esta información puede ser útil para anticipar picos de vertidos y adaptar las tasas. Actualmente, estos impuestos se pagan con el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) o con una tasa fija. «La Administración tiene una información imprecisa porque en esa casa puede vivir una persona o cuatro. Ahora todos pagan lo mismo, independientemente de que generen muy poca basura o mucha», explica Carlos Bernad, presidente de Envac Iberia.
Este es el primer paso de un proceso en el que también juega un papel importante la inteligencia artificial. En la empresa están enseñando a las máquinas a autogestionarse y detectar cuándo los buzones están llenos y es necesario vaciarlos, les enseñan a hacer predicciones y saber cuándo tienen que activarse.
Aunque están en fase de pruebas, pronto estos sistemas aprenderán a reprogramarse para optimizar su funcionamiento. Usarán algoritmos calculando las frecuencias de apertura de los buzones y podrán prescindir de muchos operarios. «Esta forma de funcionar necesita más inversión que lo que se ha venido haciendo hasta ahora, pero genera también otros beneficios», explica Bernad. «Nuestra aspiración no es reemplazar la recogida tradicional, pero es cierto que la industria tiende hacia un modelo más inteligente».
Este tipo de sistemas son propios de ciudades inteligentes, donde el internet de las cosas y el machine learning prometen hacernos la vida más fácil. Sin embargo, además de la tecnología, es necesario desarrollar una concienca social que nos permita aprovechar al máximo los beneficios que podrían reportarnos estos avances. En este caso, el sistema neumático ya está funcionando desde hace años en varios municipios de Madrid, como Majadahonda, Leganés y Alcobendas. Y, aunque la idea original era evitar el tránsito de camiones, lo cierto es que aún queda bastante por hacer.
La presidenta de la asociación de vecinos de Majadahonda, Cathy Boirac, lo achaca a una cuestión cultural y asegura que, en ocasiones, huele. «Cuando las bolsas de los vecinos no caben por la boca de los buzones, las dejan en el suelo. Eso hace que tengan que seguir pasando pequeños camiones de basura para recoger las que los vecinos no ponen dentro». La concienciación y la mejora del sistema son procesos que deben ir de la mano para que este proyecto cumpla sus objetivos y suponga una mejora considerable.