El batallón de drones del Ejército prepara ya vuelos desde La Virgen al Bierzo y al Teleno
La unidad militar más innovadora está instalada oficialmente en sus bases: Conde de Gazola y la Academia Básica del Aire.
El batallón de drones del Ejército, único a nivel nacional, ya se encuentra en sus dos centros de operaciones: la base de Tierra Conde de Gazola y la Academia Básica del Aire, desde donde despegarán sus RPAs, sus drones de clase 2 que tienen como misión principal la obtención de información a través de las cámaras que llevan incorporadas y que pueden conseguir imágenes tanto de día como de noche. Hace tan sólo unos días que se ha producido el traslado, después de que los militares del batallón y parte de sus vehículos no tripulados hayan pasado casi un año trabajando desde el Aeródromo de Pajares de los Oteros mientras concluían las obras de adecuación de uno de los hangares del Ejército del Aire donde se ubicarán definitivamente.
El Grosa, acrónimo con el que se conoce militarmente al Grupo de Reconocimiento y Observación por Sistemas Aéreos, tiene su matriz en el Regimiento de Inteligencia con sede en Valencia. El batallón, que pertenece al Ejército de Tierra, tiene su base de operaciones y personal en la base Conde de Gazola de Ferral de Bernesga aunque las condiciones y la envergadura de los Searcher, los drones con los que opera, requieren despegar desde una pista asfaltada, por lo que la Academia Básica del Aire de La Virgen del Camino colaborará con el Grosa cediendo la pista y uno de los hangares, que está en reformas, para acoger los drones.
Vuelos de certificación
Fuentes militares indicaron que los integrantes del Grosa ya trabajan en «la puesta en servicio» de los cuatro RPAs con los que cuenta la unidad y que se desplazaron a Pajares de los Oteros. Una vez listos, los drones retomarán, previsiblemente en febrero, sus vuelos al Bierzo, Astorga y el Teleno para realizar las tareas de instrucción y «estar preparados para futuras misiones». Así, recorrerán una distancia máxima que rondará los 120 kilómetros mientras son pilotados desde la Academia Básica del Aire de La Virgen del Camino.
Además de la puesta en servicio de los vehículos no tripulados, los integrantes del Grosa también trabajan en la segregación espacio aéreo, tarea que deben realizar siempre que comienzan a operar desde una nueva base y como ya hicieran en Rozas, en Galicia, y en el propio Aeródromo de Pajares de los Oteros. Con la puesta en servicio, los drones de clase 2 también tendrán que realizar sus vuelos de certificación del espacio aéreo a segregar para sus operaciones desde las pistas del aeropuerto de La Virgen del Camino.
Los vehículos no tripulados con los que trabaja el Grosa son los Searcher. Entre sus características, estos drones tienen una envergadura de hasta diez metros y un peso que supera los 250 kilos. Su techo de vuelo es de más de tres mil metros y su alcance va más allá de los 400 kilómetros. Las cámaras, o la carta de pago, que llevan incorporadas permiten obtener y transmitir información tanto durante el día como por la noche, ya que poseen infrarrojos. Son casi como aviones a pesar de que su piloto los controle desde tierra y las imágenes y la información que obtengan servirán para dar seguridad a las tropas de tierra en sus avances. Algunos miembros del Grosa ya han operado con estos RPAs en misiones en Afganistán superando las cinco mil horas de vuelo.