El avance del Genoma probará la capacidad de almacenar con Big Data
El Big Data y la tecnología CRISPR fueron las estrellas de la segunda jornada del 8º Encuentro Biospain 2016, que desde el miércoles hasta el viernes, organizado por ASEBIO, se ha celebrado en el BEC de Bilbao, con la participación de más de 700 entidades y 1.500 asistentes, lo que le sitúa en el quinto evento de tecnología mundial por reuniones de negocio.
Desde que se consiguió secuenciar el genoma humano cada vez se analizan más datos genéticos. “Tantos datos que almacenar y analizar de genética que harán que, para 2025, el problema de Big Data en genómica sea incluso superior al del almacenamiento de vídeo en Internet, en plataformas como Youtube o Twitter, dos de las plataformas digitales que más información admiten”, ha sostenido Eduardo Pareja, CEO de Bioinformatics. “La genómica se enfrenta al problema añadido que supone, además del volumen de datos, la complejidad de los mismos” añade Pareja, uno de los participantes de la sesión sobre Big Data.
En esta misma línea, Ignacio Hernández Medrano, neurólogo del Hospital Ramón y Cajal y moderador de la conferencia, ha asegurado que ante la ingente cantidad de información que alberga un genoma y aunque el ritmo de digitalización de la misma va a “marchas aceleradas” “nos vamos a encontrar con un problema que no pensábamos que íbamos a tener: el almacenamiento de la información que recibimos. Hemos llegado al límite”, ha reconocido.
En opinión de Medrano, en el área sanitaria el gran reto del Big Data es “la organización de procesos, la legislación y la privacidad, además de poder alinear los intereses de quienes quieren analizar datos y por qué quieren”, subraya.
Almacenar la información el el propio ADN
Eduardo Pareja se refirió también a que ya se está dejando de almacenar información. “De hecho, los datos crudos ya no se guardan; un problema que, por ahora, no va a desaparecer”, aunque se mostró esperanzado porque ante el avance imparable de la tecnología “finalmente se puede acabar almacenando la información en el propio ADN”.
Mientras, David Fernández, de Noray Bioinformatics, hizo especial hincapié en la necesidad de “dotar al investigador clínico de tecnología informática que contenga herramientas sofisticadas pero sencillas a la hora de usarlas”, en contraposición con las enormes plataformas de big data que ralentizan el trabajo de los clínicos.
Por su parte, Juan Carlos Sánchez, de IBM, ha planteado la utilización de los sistemas cognitivos basados en la tecnología Watson para ayudar en la búsqueda de información relevante de mutaciones, tratamientos y cánceres. «A partir de la secuenciación de un paciente esta tecnología nos permite encontrar las mutaciones que aparecen en ese genoma, distinguir cuáles son las más probables que afecten al tumor y la causa del mismo, así como los tratamientos que existen hoy en día para poder tratarlo”, ha remachado
CRISPR
El descubrimiento del sistema CRISPR, de la mano de Francisco Mojica, microbiólogo del Departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante, ha sido otro de los platos fuertes que protagonizó la sesión CRISPR: The technology born in Spain that will turn the industry upside down.
Mojica ha explicado el proceso que le ha colocado como posible Premio Nobel español: “Vi que las repeticiones del genoma incluían fragmentos de virus en la célula y esto me llevó a concluir que se trataba de un método de protección de la propia célula. Esta introduce el virus en su sistema para memorizarlo y vencerle después”. El descubrimiento de este sistema inmune revolucionó la ciencia en 2003 de tal forma que, desde entonces, se han sucedido distintas investigaciones para averiguar qué proteínas están implicadas en esta inmunidad y cómo tiene lugar esa interferencia. En estos momentos, se están iniciando dos investigaciones, en China y en Estados Unidos, sobre su aplicación en humanos, aunque el microbiólogo español reconoce que esta técnica todavía “debe mejorar para llegar a los resultados esperados”.
En concreto, la biotecnología CRISPR es la capacidad de cortar y pegar secuencias ADN, lo que habilita la modificación de la línea genética, eliminando o insertando nuevo ADN. Desde ese momento han sido centenares de científicos en todo el mundo quienes han desarrollado las distintas variaciones y aplicaciones múltiples en biotecnología de este mecanismo de acción. En este sentido, este tipo de biología molecular es catalogada por la investigación y la industria biotecnológica como el próximo avance científico de relevancia con implicaciones todavía insospechadas.
Revolución de la ingeniería genética
Este descubrimiento ha revolucionado la ingeniería genética y sus aplicaciones pueden extenderse a otros campos como la ecología, la biomedicina, la ganadería y la agricultura. En palabras de Mojica debería servir de ejemplo de la calidad de los investigadores españoles: “Sentiría que realmente he recibido el Premio Nobel si este hallazgo sirviera para que se potenciara la inversión en investigación en España y como impulso para las futuras generaciones de científicos”.
Mojica ha dejado claro el enorme potencia que para la medicina tiene la biotecnología CRISPR, que además es “barata y fácil” y que se encuentra “a las puertas de la entrada en el mercado”, ha adelantado.