La fundación de la empresa catalana Hemav ha desarrollado una tecnología dron para identificar y combatir plagas de langostas en el desierto, especialmente en el norte de África, y facilitará drones a la ONG Proactiva Open Arms para su tarea del salvamento de inmigrantes a la deriva en el Mediterráneo.

La fundación de la empresa catalana Hemav ha desarrollado una tecnología dron para identificar y combatir plagas de langostas en el desierto, especialmente en el norte de África, y facilitará drones a la ONG Proactiva Open Arms para su tarea del salvamento de inmigrantes a la deriva en el Mediterráneo.

Ambas iniciativas, presentadas hoy en Barcelona, nacen de la voluntad de «aplicar la tecnología dron a una buena causa y a la vez transformar y modernizar los sistemas actuales», en este caso, de control de plagas y rescate de personas, ha explicado a Efe el presidente de la fundación, Alex Gomar.

El proyecto para la erradicación de las plagas de langostas, llamado ‘Locust’, cuenta con la colaboración de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y está siendo financiado a través de una campaña de micromecenazgo.

«Estas plagas causan una devastación total en las cosechas, ya que un enjambre de langostas puede comer en un día una extensión similar a la de la ciudad de Barcelona», ha explicado Gomar.

Los drones facilitarán el control de «zonas remotas, peligrosas e inaccesibles» para detectar las langostas «en fases tempranas», permitiendo «la identificación y control de focos de plagas», según Gomar.

Hemav Foundation, la única empresa del mundo proveedora de tecnología para luchar contra dichas plagas, ya ha llevado a cabo una misión en el desierto de Mauritania, para probar los drones en «condiciones reales», y espera poder iniciar otra en septiembre ya con el objetivo de combatir las langostas.

Este proyecto está previsto que se implante inicialmente en la zona del noreste de África, incluyendo Marruecos y Mauritania, para después transferir la experiencia a la parte noreste, a Egipto y otros países de la zona.

Durante la plaga que afectó al norte de África entre 2003 y 2005, se produjeron pérdidas de hasta el 100 % en cereales, 90 % en legumbres y 85 % de pastos, y se necesitaron aproximadamente 570 millones de dólares y 13 millones de litros de pesticida para hacerle frente.

Por otro lado, el proyecto ‘Freeda’ permitirá a la ONG Proactiva Open Arms incorporar drones a sus misiones en el mar Mediterráneo para optimizar el salvamento de vidas, una tecnología que permitirá duplicar el área controlada, reducir el tiempo de detección de barcas a la deriva, y, en conjunto, disminuir los naufragios.

En el primer trimestre de 2018, 22.000 personas han llegado a Europa a través del Mediterráneo y 606 han fallecido en el intento, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), y Proactiva Open Arms ha llevado a cabo el 13,3 % del total de rescates marítimos en la zona.

«El dron tiene la capacidad de detectar embarcaciones y personas mediante sensores térmicos y, una vez localizado el objetivo, envía instantáneamente imágenes al barco base donde se toman las decisiones de actuación», ha detallado el coordinador del proyecto, Sergi Tres.

«La tecnología dron se utiliza a menudo con usos militares y bélicos, pero nosotros creemos en su uso para fines civiles, que pueden aportar mucho más a la sociedad», ha explicado Gomar, y ha destacado que los drones son «una innovación en el mundo aeronáutico totalmente transformadora para hacer bondades».

La fundación Hemav es una entidad sin ánimo de lucro de la empresa española Hemav, una start-up fundada por siete jóvenes ingenieros aeronáuticos en 2012 que, en sólo seis años, se ha erigido como la cuarta mayor operadora de drones del mundo y en 2014 batió el récord histórico de micromecenazgo en España, ya que alcanzó los 450.000 euros en su primera ronda de inversión.