Así combatirán los drones los mosquitos en Valencia
El Ayuntamiento de Valencia y la empresa Lokímica, encargada de la contrata municipal para el control de plagas, trabajan en un proyecto innovador para realizar, antes de verano, fumigaciones aéreas contra los mosquitos mediante drones capaces de tener 30 minutos de autonomía y cargar 50 kilos.
Durante el último año, ya se han utilizado estos vehículos aéreos no tripulados para detección y registro o «mapeo» de zonas de aguas estancadas donde puedan acumularse los mosquitos, lo que ha permitido a Valencia optimizar sus recursos, ganar hasta un 75 % en eficacia y acelerar sus respuestas ante estas plagas de insectos.
El gerente de Lokímica, Noé García, ha explicado que el siguiente paso es el uso del dron para fumigar y ha apuntado que hasta ahora han hecho pruebas con cargas de hasta diez kilos de insecticida, aunque el objetivo es lograr antes de fin de año que se puedan levantar 50 kilos para poder ser «más prácticos».
«Lo que estamos buscando es un dron que vuele los 30 minutos con autonomía y levante 50 kilos, y creo que para junio o antes de agosto es casi seguro que esté operativo», ha anunciado.
García ha participado hoy junto a la concejala de Sanidad, Lourdes Bernal, en una exhibición en la Albufera sobre el uso de drones para la vigilancia y detección de zonas de aguas donde proliferan estos insectos, realizada en el marco del séptimo Congreso europeo del control del mosquito que desde el lunes se celebra en Valencia.
Previamente, se ha hecho una demostración de cómo se realiza la fumigación aérea en los arrozales con helicóptero, un medio de transporte que, según Noé García, durante el congreso «se ha consolidado como herramienta para el tratamiento aéreo de mosquitos imprescindible en grandes superficies».
Aunque ha reconocido que los drones «aún no han podido sustituir a los helicópteros» en grandes extensiones, ha defendido que permiten ver el «mapeo» de los focos ocultos al momento en los dispositivos móviles y que su tamaño permite ser usado «en cualquier momento» por personas con formación aeronáutica acreditada.
Según García, el uso de drones ha incrementado la eficiencia porque ahora puede ir un solo técnico cuando detecta una población oculta de mosquitos, sobrevolar el arrozal, marcar el punto que ve en la pantalla de su dispositivo móvil -porque las imágenes están conectadas a un GPS- e ir luego por tierra a aplicar el tratamiento.
«Conseguimos que la gente y los medios del servicio incrementen la eficacia en un 75 %, por lo que se gana también en mejorar el tiempo de respuesta al ciudadano», ha apuntado.
Según el experto, si son «capaces de controlar los mosquitos en el agua, no tendremos mosquitos adultos, que son los que pican y generan molestias a los ciudadanos».
Con una precisión de antena de dos metros y un precio que puede llegar a los 35.000 euros, estos drones podrán ser usados en breve, especialmente en el Parque Natural de L’Albufera (un 75 % del uso) aunque también en el cauce del Turia, en solares de difícil acceso o en acequias de la zona norte en la propia capital.
Bernal ha valorado que Valencia sea «pionera a nivel europeo» en el uso de esta aeronaves no tripuladas que permiten «obtener información, ser más ágiles y dar una mejor respuesta a los ciudadanos que lo que quieren cuando tienen una plaga, es que se le solucione lo antes posible».